Villanúa: una cantera inagotable de esquiadores

Villanúa puede presumir de una larga tradición de deportistas vinculados al mundo de la nieve y del esquí. La relación profesional, personal y deportiva de muchos vecinos de la localidad con las estaciones del Valle del Aragón genera desde hace décadas una estrecha conexión que se manifiesta de múltiples formas.

El Candanchú Esquí Club es una de ellas: bajo su paraguas, han crecido deportivamente muchos chavales de la localidad que están destacando en el deporte del esquí desde temprana edad. Marcos y Simón Merodio, Erik Terrén, Nimue García y Jorge Aznar son el presente y también el futuro.

Los hermanos Merodio, Marcos y Simón, se están haciendo poco a poco un nombre en el mundillo de la nieve. El primero tiene 12 años, comenzó a esquiar con apenas 3 y en la actualidad compite en la categoría U-14. Sus especialidades son el Gigante y el Slalom. Nacidos en Madrid aunque visitantes habituales de las pistas de esquí del Valle del Aragón, vinieron a vivir con la familia a Villanúa hace seis años y desde entonces su progresión y vínculo con el esquí no para de crecer.

«Empecé primero con el alpino, luego me pasé al snow y cuando nos vinimos a vivir aquí empece a conocer a amigos que hacían alpino, y regresé a mis orígenes», señala. Comenzó a competir con 9 años y en esa misma temporada logró su mejor puesto hasta el momento: 4º en el Gigante del Campeonato de Aragón disputado en Astún. Practica otros deportes como la bici enduro, el surf en verano o las carreras por montaña. Su sueño es simple: «seguir compitiendo y pasarlo bien».

Su hermano Simón, 8 años, compite en la categoría U-10. También fue un esquiador precoz. Comenzó con poco más de dos años y descubrió que era un deporte que se adaptaba perfectamente a sus condiciones «soy rápido y disfruto mucho en los descensos». Se siente feliz en Villanúa rodeado de montañas, cerca de las estaciones de esquí y en un entorno que le permite practicar otros muchos  deportes como el futbol, el senderismo o el pumptrack. Sueña con llegar algún día a competir en la Copa del Mundo de esquí.


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Erik Terrén, de 9 años, viene de una familia de esquiadores. Su hermano mayor, Ibón, es una de las grandes promesas del esquí español y, como éste, sus primeros contactos con la nieve fueron con su padre Ánchel cuando apenas tenía 2 años. Desde entonces ya nunca ha dejado de esquiar. Este es su segundo año en la categoría U-10 y ha logrado el 6º puesto en una prueba de slalom celebrada recientemente en ARAMON Panticosa. Se encuentra satisfecho con su progresión en las filas del Candanchú Esquí Club. «Me gusta el esquí porque aquí he hecho muchos amigos y porque disfruto mucho practicándolo».

Nimue García, por su parte, rompe todos los récords de precocidad. Empezó con el snowboard con apenas un año y a los tres ya pasó al esquí alpino. Ahora tiene 12 años y compite por primer año en la categoría U-14. Su especialidad es el Gigante. Pertenece también a una familia de larga vinculación con el mundo del esquí y, en concreto, del snow.

«Me gusta la nieve, se me da bien, me divierto y disfruto practicando el esquí desde que era niña», señala. Sus objetivos o sueños tienen un horizonte definido por lo posible, por lo tangible; para ella lo más importante es «disfrutar con lo que hago. Esquío y compito porque me gusta, sin más».

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