El Ayuntamiento de Villanúa encargó a finales del pasado año la elaboración de un Plan municipal de actuación ante inundaciones, que ha sido financiado por el Gobierno de Aragón y desarrollado por Álvaro Tena, profesor de Geografía en la Universitat de Lleida. Además, se ha incorporado al Plan un estudio sobre los riesgos de inundación del barranco de Lierde, que concluye que esta infraestructura, construída a principios de los años 80 del pasado siglo, es segura y está capacitada para controlar grandes crecidas.
El Plan de actuación ante inundaciones es una valiosa herramienta que incluye una identificación, estudio y análisis de riesgos; un inventario de medios y recursos municipales disponibles en caso de necesidad y un detallado protocolo de evacuación que establece, por ejemplo, que el Espacio Sarrios y las naves municipales serían los lugares adecuados para concentrar a la población en caso del desbordamiento del río Aragón, que atraviesa la localidad. Del mismo modo se identifican los lugares del municipio que, por su ubicación, estarían en más serio riesgo ante una posible avenida. Estos puntos serían los primeros en ser desalojados. El documento incluye además una serie de consejos prácticos para las autoridades municipales con el objetivo de guiar su gestión en situaciones críticas, y de altos niveles de estrés, como las contempladas en el estudio.
Para María Béjar, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Villanúa, este informe “es de gran valor para el ayuntamiento porque aporta datos fundamentales para actuar con rapidez y eficacia en casos extremos en los que se requiere unidad de acción y un protocolo claro de respuesta”. En el caso de Villanúa los riesgos por inundación se producirían principalmente por el desbordamiento del río Aragón, sobre todo, y alguno de sus barrancos principales (Bozuelo, Lierde, Betigueral y Santiago), y por la eventual rotura de la Presa de Ip.
El documento explica que es en el otoño cuando, según los registros históricos documentados, las crecidas del Aragón alcanzan mayor intensidad a la altura de Villanúa. El informe incorpora un pormenorizado estudio de las crecidas más importantes desde que se tienen registros históricos. Se contabilizan, por ejemplo, 22 inundaciones causadas por el Aragón y sus afluentes desde principios del siglo XX hasta el año 1982. Se hace especial referencia a la producida en octubre de 2012, considerada “una de las más fuertes que se recuerdan en el rio Aragón”.
Respecto al caso del barranco de Lierde, de especial importancia puesto que en su cono de deyección se localiza un importante número de viviendas residenciales, el estudio específico de inundabilidad, realizado también por el geógrafo Álvaro Tena, concluye que “los caudales asociados a la crecida con periodo de retorno de 10 años circularían íntegramente por la canalización, mientras que los de 100 y 500 años desbordarían por la zona superior izquierda de la canalización afectando a algunas zonas del margen izquierdo y la confluencia con el río Aragón y el barranco de los Borgazos, pero con calados y daños poco significativos”. Es decir, se trata de una infraestructura que ofrece garantías de seguridad.
Desde su construcción el barranco no ha registrado eventos de crecida que desbordaran su caudal. En este sentido se apunta que la superficie que se ve afectada por la Zona de Flujo Preferente queda reducida prácticamente a la canalización, a algunas zonas en la margen izquierda que no están urbanizadas, y a la confluencia con el río Aragón y el barranco de los Borgazos. María Béjar destaca que este estudio de inundabilidad sobre el Lierde “es uno de los pocos realizados en municipios de montaña y promovidos por el propio ayuntamiento”.
En uno de los anexos al Plan de actuación ante inundaciones se establece un organigrama en emergencia del municipio y un esquema general del plan de emergencia municipal, que propone un escenario jerárquico de actuación basado en la coordinación, comunicación e intervención. Igualmente se dibuja un detallado protocolo para la gestión de la crisis y el procedimiento de evacuación. En esencia se trata de una guía para actuar, desde las autoridades locales hasta los ciudadanos, ante una hipotética situación de emergencia causada por una inundación.
Como consecuencia de este estudio, el Ayuntamiento de Villanúa ha solicitado una subvención al Gobierno de Aragón para instalar un sistema de alarma temprana en la cabecera del barranco de Lierde, que alertará del crecimiento del cauce cuando suponga un riesgo para las parcelas del entorno.