Científicos del CSIC, del Instituto Suizo de Espeleología y Estudios del Karst (SISKA) y de la Universidad Complutense de Madrid han llevado a cabo en los últimos años en la Cueva de las Güixas de Villanúa un exhaustivo trabajo de seguimiento de los parámetros ambientales e hidrológicos, cuyos resultados acaban de ser publicados en la prestigiosa revista internacional “Journal of Environmental Management”, dedicada a la gestión ambiental y de gran impacto en el ámbito científico.
El artículo liderado por Reyes Giménez y titulado “Mitigating flood risk and environmental change in show caves: Key challenges in the management of the Las Güixas cave (Pyrenees, Spain)” aborda también los principales desafíos para la gestión de esta cueva turística.
El apoyo del Ayuntamiento de Villanúa fue clave para que el proyecto se hiciera realidad en 2017, a través de una colaboración con el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), en el marco de la tesis doctoral de Giménez. La ayuda prestada por el personal de la Cueva de las Güixas para las labores de monitorización ha sido indispensable para la continuidad del proyecto. Un largo trabajo de mucha colaboración que da ahora sus mejores frutos.
Los trabajos de seguimiento del nivel de agua subterránea y de las precipitaciones sobre el macizo de Collarada, donde se ubica la cavidad, han permitido identificar los momentos de alto o bajo riesgo de inundación. Ello facilita conocer los tiempos de repuesta de inundación frente a las precipitaciones, proporcionando el margen (horas) que tarda la cueva en estar inundada desde que se produce un evento de lluvia o desde que se produce el momento de mayor deshielo en la zona de alta montaña, durante la primavera. Estos datos permiten mejorar la seguridad de los visitantes y la organización de reservas y actividades en el interior de la cueva.
Las Güixas supone un ejemplo de cueva turística, con visitas guiadas diarias, ubicada próxima al nivel de las aguas freáticas, y que sufre inundaciones del recorrido turístico esporádicamente. La cueva se ve afectada por subidas repentinas del nivel de agua y está expuesta a inundaciones extremas de gran magnitud, como la ocurrida en 2012. Esta característica implica la necesidad de gestión de un riesgo de inundación para su explotación turística.
Por otro lado, las peculiaridades morfológicas de la cavidad implican unas características ambientales concretas en su interior, que se han podido definir con detalle por primera vez gracias al trabajo de monitorización realizado, que incluye el seguimiento en continuo de parámetros como la temperatura, la humedad relativa y la concentración de CO2 en varios puntos de la cavidad. Estos registros han permitido establecer las variaciones de las temperaturas y CO2 en el aire de la cueva y la dinámica de ventilación, que se dan en la mayor parte de la cueva y que están directamente controladas por las variaciones de temperatura en el exterior.
Además, el trabajo ha identificado distintas fuentes de CO2 en el aire de la cueva, una relacionada con la respiración de los visitantes y otra vinculada a la desgasificación del agua durante las inundaciones de la cueva, de mayor magnitud que la primera. No obstante, se ha observado una muy rápida eliminación del CO2inyectado por las fuentes, debido a la eficiente ventilación natural, generando que el impacto antrópico sea bajo y ayudando a la gestión de la cavidad en la regulación de la afluencia turística.
El seguimiento de los parámetros ambientales en las cuevas permite utilizar estos entornos como observatorio de los cambios que suceden en el exterior y que impactan directamente en la cueva, como el incremento de temperatura o los cambios en la distribución de precipitaciones, derivados del actual cambio climático. Así, la continuidad de la observación permitirá evaluar el impacto en la cueva de futuros cambios en el clima y en parámetros ambientales, con efectos directos sobre la ventilación y sobre la posibilidad de ocurrencia de eventos extremos de inundación.
El estudio no solo ha mejorado el conocimiento sobre la dinámica de la cueva de las Güixas, sino que ha resultado en la implementación de medidas como el ajuste del número de visitantes en función de las condiciones ambientales o mejoras para la adaptación al riesgo de inundación, contribuyendo a la sostenibilidad y seguridad del lugar. Sin embargo, los investigadores advierten que las inundaciones extremas siguen siendo un riesgo a futuro, especialmente bajo el escenario de cambio climático actual en el que aumenta la frecuencia de eventos meteorológicos extremos.