Teresa Cardona: «Me encanta ser Rural Noir»

Teresa Cardona (Madrid, 1973), recibirá el sábado el Villanúa Rural Noir, el galardón que concede por segunda vez el Encuentro Pirenaico de Género VillaNoir, y que quiere reconocer la trayectoria, calidad y compromiso con el género de la autora de «Los dos lados». La escritora de origen madrileño, con raíces alemanas (vivió 30 años en este país), acaba de publicar «La carne de cisne» (Siruela), tercera entrega de la serie Blecker y Cano y que nuevamente sitúa en San Lorenzo del Escorial. El sábado estará por primera vez en el Encuentro de Villanúa, al que confiesa acudir feliz y expectante. En esta entrevista se muestra honrada de recibir el galardón y apuesta por encuentros literarios de pequeño formato, como VillaNoir, para facilitar la interacción entre autores y lectores.

¿Qué supone para ti ser galardonada con el Villanúa Rural Noir, premio que se entrega este año por segunda vez?

Una gran alegría y un inmenso honor. Cuando unos expertos en la materia negra te reconocen este mérito, es un impulso para seguir escribiendo. Además, me ha llevado a encontrar mi lugar dentro del género: me encanta ser Rural Noir.

¿Qué referencias tenías de VillaNoir?

¡Las mejores! Conocí ya el año pasado a Ricardo Bosque en Bruma Negra, otra de las grandes citas de la novela policiaca, y por los “pasillos” de Plentzia ya se hablaba de este festival como uno de los referentes.

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¿Qué importancia consideras que tienen encuentros como el de Villanúa, alejados de los grandes centros urbanos, para la promoción de un género que cada vez tiene más seguidores?

Los festivales en los lugares alejados de las grandes urbes tienen muchísimas ventajas: son mucho más familiares y dan la posibilidad, tanto a los lectores como a los escritores, de interactuar de una forma mucho más personal. A mí me encantan y creo que fomentan la cohesión: es mucho más fácil hablar y discutir en sitios más pequeños.

Se ha hablado de ti como “la gran revelación de la novela negra española” ¿Pesa generar tantas expectativas?

Es maravilloso que alguien aprecie tu trabajo y claro que pesa, pero generar expectativas te impulsa a intentar ser mejor, a argumentar de forma fundada y a investigar de la mejor manera posible.

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Aunque naciste en Madrid has vivido 30 años en Alemania, donde iniciaste tu carrera literaria, y ahora tienes a la pareja de la guardia civil Karen Blecker y José Luis Cano como protagonistas. ¿Crees que se puede identificar algo de tu “etapa alemana” en tu manera de escribir, de perfilar los personajes o de crear las tramas?

¡Claro! Muchas veces me preguntan si Karen es mi alter ego y seguro que tiene muchas cosas mías. Después de tantos años en el extranjero, me llaman mucho la atención diferencias entre países tan cercanos como España y Alemania. Pensé que sería divertido darle a Karen esa visión, ese desconcierto por la forma peculiar de nombrar a las calles de San Lorenzo, que han hecho olvidar el nombre real; esa dificultad en comprender cuánto tiempo es exactamente “un momentito” o dónde está “cerquita”. Y plasmar ese lado maravilloso de España que es el que el camarero de un bar te reconozca y sepa lo que vas a tomar, que te abran la puerta a pesar de no ser la hora o que un camarero mantenga una conversación durante un buen rato con un enfermo de Alzheimer para hacerle feliz. Y seguro que mi lado germánico se cuela en muchos sitios…

Íñigo Urrutia ha escrito que hay una profunda reflexión ética en tus novelas. ¿Es necesaria para aceptar cierto deleite en el crimen y en los personajes de fondo oscuro?

Me hizo muchísima ilusión el artículo de Íñigo Urrutia porque es cierto que intento llevar a mi lector a un dilema ético, le quiero meter en la piel de unos personajes, en su entorno personal y contexto histórico para sólo así darle la posibilidad de comprender (incluso al asesino) y juzgar. Quiero sacarle de su zona de confort, obligarle a situarse en una identidad diferente a la suya propia.

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Acabas de publicar “La carne del cisne”, una nueva entrega de Blecker y Cano en San Lorenzo del Escorial ¿Qué te ofrece un entorno pequeño para ubicar tus tramas que no encuentras en una gran ciudad?

Un entorno pequeño te ofrece la posibilidad de reunir tanto los lados maravillosos como las bajezas humanas en un radio abordable; no obligar a los investigadores a buscar en otros países ni en el Darknet. Puedes convertir a sus habitantes en investigadores, puedes aprovecharte de que la gente se conoce y se ve continuamente. Ya lo decía Miss Marple de Saint Mary Mead…

Sueles contar que te gusta provocar al lector, buscar sus contradicciones y sacarlo de la comodidad de sus prejuicios. ¿Cómo lo consigues?

Acercándole al tiempo del personaje, en parte, y metiéndole en su historia, su antes y después. Resulta muy fácil juzgar desde nuestro momento y situación, por eso me gusta llevar a los personajes, por ejemplo, a estar afectados personalmente por algo que ya han prejuzgado y atacar así los juicios apresurados.

Se suele preguntar por los atributos de un escritor para escribir una buena novela negra. ¿Pero qué atributos debe tener un lector para aproximarse por primera vez al género y no morir en el intento?

¡Ser un lector curioso sobre todo! Y para la novela negra viene muy bien ser estructurado, observador e incluso un poco picajoso, eso mantiene al escritor de novela negra en vilo y le lleva a ser mejor.

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