Ricardo Bosque (Zaragoza, 1964) trabaja estos días en los últimos detalles de VillaNoir, el Encuentro Pirenaico de Género Negro que celebrará su séptima edición en Villanúa del 13 al 15 de octubre. Lo hace como es él: con discreción, paciencia, calma y humildad. Detrás de ese talante pausado, propio de quienes se encuentran mas cómodos agazapados tras un perfil bajo, se esconde un entusiasmo contagioso por el noir, que le ha convertido en un referente nacional para autores y lectores del género.
Esa afición casi obsesiva por la novela negra se transformó en VillaNoir, un neologismo que concentra dos de sus grandes pasiones, el noir y Villanúa, donde pasa largas temporadas desde 2007. En esta entrevista avanza las principales novedades de la nueva edición del Encuentro, reflexiona sobre las experiencias que ha ido acumulando a lo largo de los seis años de organización y analiza el momento actual que atraviesa el género negro en nuestro país.
El año pasado nos decía que el principal desafío al que se enfrenta cada año en la organización del VillaNoir es lograr innovar y ser original. ¿Lo ha logrado este año?
En efecto, cada año que pasa está más difícil mejorar el nivel de la edición anterior, pero para eso están los retos, para intentar superarlos. Este año mantenemos el arranque con jazz, es algo que funciona muy bien y sirve de aperitivo y bienvenida a los autores participantes. También mantenemos una estructura muy similar, con actividades para todas las edades sin olvidarnos de los chavales, la cantera. Como innovación en cuanto a la temática, tocamos una materia poco habitual en festivales de este tipo como es la charla que impartirá la lingüista forense Sheila Queralt sobre la importancia de las palabras, pronunciadas o escritas, en la resolución de crímenes. Dicho así puede parecer algo arduo pero nada más lejos de la realidad, será una charla muy amena en que la veremos cómo por la boca no solo muere el pez sino también muchos delincuentes.
Este año Txemi Parra, el escritor y guionista de televisión, presenta su nuevo libro, “El eco de las sombras”, ambientado en el Pirineo. Las presentaciones de libros no son habituales en el VillaNoir pero en este caso la excepción está plenamente justificada…
Siempre hemos querido mantener las presentaciones de libros al margen del festival, que pensamos que disponen de un espacio más adecuado en otro tipo de actos específicos que se celebran a lo largo del año y que responden a la inmediatez que supone editar un libro nuevo. Pero es que cuando me enteré de que Txemi sacaba libro a finales de septiembre en el que la acción se desarrollaba en el espacio que va de Jaca a Astún, pues blanco y en botella: había que traerlo.
Este año VillaNoir se celebra coincidiendo con el puente del Pilar. ¿Se espera que esta circunstancia influya en la presencia de más público o este no es el principal objetivo del Encuentro?
Cuando en el verano de 2016 nos planteamos la posibilidad de celebrar en Villanúa unos encuentros de género negro, lo primero que hubo que hacer fue buscar una fecha libre en el calendario dada la cantidad de festivales que se celebran en toda España. En aquel momento vimos un hueco alrededor del 5 de marzo, que nos venía muy bien por ser festivo en Zaragoza y facilitar la asistencia de público. Con la pandemia hubo que moverlo a otra fecha y enseguida pensamos en el puente del Pilar, que nos permitía un margen razonable para que las condiciones sanitarias fueran adecuadas y, además, era festivo en toda España, lo que nos facilitaba ampliar el radio de influencia del festival. Así que no es el objetivo principal pero sí es importante elegir una buena fecha para celebrarlo. Creemos que este año la asistencia será muy considerable.
Se diría que VillaNoir más que un encuentro es una experiencia de aproximación al género negro por el tipo de eventos que conforman la programación y la cercanía que se genera entre escritor y lector…
Siempre hemos pretendido que nuestros encuentros estén dirigidos a todos los públicos, sin limitaciones por edad ni por el “grado de implicación” con el género. Es decir, no queremos actos destinados a especialistas o lectores ya convencidos de las bondades del género negro sino que estén enfocados también a simples aficionados a las novelas de crímenes sin que estas constituyan su único punto de interés, lo que se traduce en mesas y charlas muy distendidas en las que, por supuesto, los autores elegidos son parte fundamental por su carácter cercano al lector, lo que hace que a nadie le de apuro acercarse a su autor favorito a pedirle una firma y charlar un rato con él.
Los autores que vinieron el año pasado a Villanúa destacaban la belleza del lugar, inusual en este tipo de eventos, y la atmósfera casi familiar de cada evento. ¿Es esta la principal característica de VillaNoir?
Francisco Bescós decía el año pasado que, para los autores, VillaNoir era algo así como un retiro espiritual de carácter laico y no puedo estar más de acuerdo con él. El paisaje, el ambiente que se respira, el trato que se da a los autores y la conexión que se genera entre ellos durante las cuarenta y ocho horas en que conviven es extraordinario y uno de los hechos diferenciales de nuestros encuentros.
La escritora madrileña Teresa Cardona recibirá el premio Villanúa Rural Noir, que la organización concede por segundo año consecutivo. ¿Por qué se ha elegido a la autora de “La carne de cisne”?
Teresa Cardona, autora ya reconocida en Francia anteriormente, fue la revelación de 2022 en España, con dos novelas publicadas por Siruela ambientadas en San Lorenzo de El Escorial –y ahora nos llega la tercera de la serie-, un municipio que cumple perfectamente los requisitos de nuestro premio, que se trate de novelas que transcurran en entornos rurales o en localidades de pequeño tamaño. Pero es que además se trata de dos novelas de una calidad excepcional en las que la parte psicológica tiene mucho peso y que obligan al lector a plantearse preguntas incómodas, todo ello en un ambiente un tanto endogámico, el de nuestros pueblos, en el que todo el mundo se conoce y es muy difícil, cuando no imposible, guardar secretos.
Por cierto, que además de recibir el premio, Teresa participará en una mesa, junto a Noelia Lorenzo Pino y Salva Alemany en torno a otro tema poco habitual, la relación entre religión y novela negra. Ya se sabe lo que se dice: con la iglesia hemos topado…
El humor tiene este año un espacio destacado en la programación. ¿No hay novela negra sin unas buenas dosis de humor y cinismo?
El humor es fundamental en todos los aspectos de la vida, y la novela negra no es una excepción. Uno de mis autores fetiche es Donald Westlake, quien escribió con varios seudónimos para dar salida a su extensa producción literaria y que es el creador de uno de los personajes más divertidos y disparatados del género, el ladrón John Archibald Dortmunder, interpretado por Robert Redford en la película Un diamante al rojo vivo, adaptación de una de las novelas de la serie. Y otro autor ya fallecido, James McClure, denunció en sus novelas algo tan duro como el régimen del apartheid sudafricano tirando de sentido del humor y llegando a decir en una entrevista que “la novela negra se filtra por otro canal. La gente la lee en principio para evadirse, para pasar un buen rato. Y ese era el terreno en que yo pensaba que realmente podía golpear con más eficacia a un público conservador”.
Por supuesto, en VillaNoir no puede faltar el humor, aunque sea negro, y este año estará presente en una curiosa performance a cargo de elEventario con la que cerraremos los encuentros.
Otro aspecto que siempre está presente en VillaNoir es el mundo del cómic. ¿Este año también?
Por supuesto, el cómic nunca va a faltar a pesar de que no es un formato tan extendido como en otros países y que parece estar limitado a un público más específico aunque, todo el mundo, en algún momento de su vida, ha disfrutado de las viñetas si bien con mucho abandono al llegar a la adolescencia por entender, equivocadamente, que los tebeos son cosa de críos. Nada más lejos de la realidad. Y esta edición tenemos el privilegio de contar con la presencia de dos nombres fundamentales en el cómic en España y a nivel internacional: Teresa Valero, autora de “Contrapaso” -en mi opinión el mejor cómic de género negro publicado en España en 2022- y Juan Díaz Canales, guionista de la serie “Blacksad”, superventas en Francia, España y otros países y ganadora de cinco premios Eisner en Estados Unidos que, tirando de tópico, son los Oscar del cómic. Lo dicho, un lujazo al alcance de pocos festivales.
¿Qué experiencias son las que más le han marcado en estos seis años de VillaNoir? ¿Con qué se queda?
Me quedo con muchas cosas: con el cariño de los participantes, con la buena acogida por parte del público –da gusto ver la atención con que siguen todas y cada una de nuestras actividades-, con el buen ambiente que se genera entre autores y lectores… Pero un evento de estas características es muy complicado de organizar, así que tengo que destacar la importancia de un equipo entregado a la causa, con piezas fundamentales como Ana Etxabe desde la concejalía de Cultura -la implicación del Ayuntamiento con el festival es brutal y muy de agradecer en unos tiempos en los que otros municipios desatienden la oferta cultural- o Miriam Julián al frente de la Biblioteca Municipal. Y, por supuesto, siempre digo que un producto, por bueno que sea, hay que saber venderlo bien, y en ese aspecto la labor de los responsables de prensa e imagen es fundamental. Un equipazo de principio a fin.
Después de seis ediciones ¿qué lugar consideras que ocupa VillaNoir en el ámbito del Noir español?
Decían en una película mítica que todo el mundo conoce a Rick en Casablanca. Pues bien, algo parecido sucede con VillaNoir dentro del panorama literario criminal en España, que no hay autor que no tenga referencias, siempre muy positivas, de nuestro festival, gracias fundamentalmente a las opiniones y comentarios que nuestros invitados van dejando en sus redes sociales tras su paso por Villanúa, lo que facilita sobremanera el “fichaje” de nuevos nombres para siguientes ediciones. De hecho, y que no salga de aquí, hay autores que sutilmente dejan caer eso de “cuando me toca a mí”, con lo que nuestra agenda de contactos cada vez es más nutrida y podemos decir que, por cuestión de candidatos a participar, hay VillaNoir para rato.