Las inscripciones anticipadas siguen abiertas en la página web de Turismo Villanúa hasta el próximo lunes, 30 de diciembre. El pasado año se inscribieron 1.500 atletas y este año se quiere superar esa cifra. En Villanúa se ultiman los preparativos de un acontecimiento que transita entre lo deportivo, lo festivo y lo social y que exige un gran despliegue logístico.
La XXII edición de la San Silvestre de Villanúa apunta a cifras de participación de récord. Cerca de 1.000 personas ya han realizado su inscripción pero, como suele ser habitual, en las horas previas a la carrera es cuando se registra el aluvión de inscripciones más importante. Por esta razón la organización no descarta ampliar el plazo al mismo día 31, como ya hizo en la última edición, aunque eso suponga todo un desafío a la hora de prever las necesidades en materia logística. El plazo de inscripción se abrió este año a finales de noviembre coincidiendo con la Feria de esquí y montaña «Second Hand», y ya entonces fueron muchos los que reservaron su plaza.
Las inscripciones se pueden hacer en el siguiente enlace. Hasta el 29 de diciembre la inscripción cuesta 10 euros y hasta el mismo día de la prueba, 12 euros. Para los infantiles es gratuita. Cada año se reúnen en Villanúa cientos de corredores, lo que supone un reto organizativo ya que se trata de la prueba más multitudinaria de cuantas alberga la localidad a lo largo del año. Villanúa tiene una gran experiencia en la organización de pruebas deportivas pero la San Silvestre supera todos los límites.
Cuando la carrera comience ya será noche cerrada y estarán en Villanúa centenares de participantes procedentes de numerosos puntos del país, sobre todo de la comarca de la Jacetania, Zaragoza, Navarra, País Vasco.
La San Silvestre de este año presenta además importantes novedades; por primera vez se incorpora una temática en los disfraces que pueden lucir los participantes: marcianos y extraterrestres. No es obligatorio pero habrá un premio al mejor disfraz en esta categoría.
El recorrido de la popular prueba, la segunda San Silvestre más multitudinaria de Aragón tras la de Zaragoza, apenas llega a los 3 kilómetros, pero se hace en un ambiente de jolgorio y despreocupación: se trata de despedir el año y brindar por los buenos propósitos de cara al que llega. Hay premios para los que baten récords, pero también para los que lucen los disfraces más ingeniosos.