Cerca de 40 expositores se dan cita este fin de semana en Villanúa en un evento que destaca por la calidad y autenticidad de sus expositores y la garantía de que no se ofrecen productos de reventa. Este año se incorporan nuevos expositores que ofrecerán cestería, quesos de Guara, velas de Canfranc y productos argentinos.
La de Villanúa es la feria con más tradición y trayectoria del Valle del Aragón. Nació en una época en la que los mercados medievales estaban en plana expansión por toda la geografía española, pero supo desde el primer momento marcar la diferencia, apostar por lo auténtico y promover a los productores y artesanos locales. Cuando nadie hablaba de Kilómetro 0, la feria creada por Muskilda Bretos ya tenía una idea clara sobre la necesidad de apoyar a la producción local como base de futuro.
Cerca de cuarenta puestos se van a apostar en las dos principales plazas de la localidad, en los que se podrán encontrar productos de cosmética y de lana para el invierno, ocarinas y flautas. Además, habrá productos y creaciones relacionadas con la pintura, fotografía, juguetes de madera, ropa pintada, decoración, plata, cosmética y jabones, ilustración, olivo, boj, joyería en macramé, alfarería y textil.
En el apartado de alimentación, habrá patés, productos del pato, mermeladas, sidra, garrapiñadas, quesos, embutidos, cervezas, helados y alfajores y empanadillas argentinas. También participará, como es habitual, la ONG ASAFA (Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Zaragoza).
La Feria estará abierta el sábado y domingo por la mañana de 11 a 14:30 hs y de 17:30 a 21 hs por la tarde. Más de 20 gremios y productos diferentes se mostrarán a través de los cuarenta expositores que se ubicarán en las plazas Mayor y de la Fuente. Como señala su responsable, Muskilda Bretos, “la Feria se mantiene en sus principios, tenemos muy claro que lo importante es la calidad por encima de la cantidad. No queremos una gran Feria, sino que quienes vengan a visitarla encuentren calidad, compromiso con la producción local y descubran también a nuevos productores y artesanos”.
Ésta es, sin duda, una de las características principales de la Feria de Villanúa, que surgió hace más de dos décadas en una época en la que todavía este tipo de eventos no había adquirido la popularidad que tiene ahora. Desde entonces ha sabido evolucionar sin perder su esencia y objetivos iniciales, y ha logrado mantener unos parámetros de calidad y de respeto al productor artesanal que la ubican en un lugar especial en el calendario estival de ferias. Otro de sus objetivos es la concienciación ambiental, ampliando las nociones de reciclaje y dando a conocer posibles usos de los materiales desechados.