En el interior de las montañas de roca caliza se descubren grandes cuevas, simas y galerías que guardan en la oscuridad algo más que bellas formas.
El agua de lluvia y deshielo se infiltra en los macizos de roca caliza, y comienza su viaje subterráneo. Circula por las fracturas de estas rocas solubles generando una red de conductos que terminan por confluir y finalmente el agua sale al exterior originando surgencias o fuentes. ¡Pero este viaje da para mucho más! En su recorrido por el interior el agua transporta compuestos químicos en disolución y arrastra partículas de roca de diferentes tamaños. Cuando baja la energía del agua, esta deja su carga rellenando las cavidades de sedimentos: limos, arenas, gravas. El agua que circula despacio también deja su carga en disolución cuando las condiciones son adecuadas. Desde el agua precipitan los minerales creando depósitos de roca dentro de las cavidades. A estas formas se les llama espeleotemas (del griego spelaion, cueva y tema, depósito) y tienen muy diferentes formas dependiendo principalmente de la superficie sobre la que crecen y distintos nombres según su forma: estalactitas que cuelgan del techo, estalagmitas que crecen desde el suelo, columnas cuando ambas se unen, pavimentos y gours en suelos y rampas, coladas en paredes, cortinas en techos inclinados, perlas envolviendo pequeños fragmentos o núcleos…
Son formas hermosas, a menudo nos deleitan y nos dejan admirados ante este bello y lento trabajo del agua. Pero no nos quedemos solo hipnotizados por su belleza, tenemos que mirar más allá para ver que estos espeleotemas guardan un gran secreto. Y es que en ellos está registrada la señal del clima del pasado. Su formación depende de lo que ocurre en la superficie, ya que los eventos activos en la cueva responden a los eventos que se dan en el exterior, por encima de la cavidad. Un espeleotema es un archivo antiguo, un registro del clima externo que se debe descifrar y para lo cual requiere de la experiencia y el trabajo del geólogo. Primero deberá elegir el que resulte de interés para su estudio, normalmente se utilizan las estalagmitas por tener un registro más continuo, para luego analizar su composición y datarlo.
A lo largo del Cuaternario (en los últimos 2,5 millones de años) se han sucedido periodos de clima frío y cálido con precipitaciones y temperaturas muy diferentes. El estudio de las estalagmitas en las cuevas nos proporciona un buen conocimiento de cómo ha cambiado el clima en la zona pirenaica. Hoy en día todo esto nos resulta de mucha importancia para valorar a qué nos enfrentamos en el contexto del cambio global actual.
por Reyes Giménez
Foto portada: Sergio Laburu