Ricardo Bosque anda estos días de acá para allá, enganchado al teléfono y al correo electrónico para armar y desarmar los últimos detalles de la octava edición de VillaNoir, el Encuentro Pirenaico de Género Negro que se celebrará en Villanúa del 11 al 13 de octubre. Después de tantos años al frente, sabe que un festival de este tipo vive instalado en una permanente incertidumbre, pues nada es definitivo hasta que ha terminado todo. La experiencia, los contactos, el profundo conocimiento del género y un carácter a prueba de sobresaltos le han permitido lidiar en estos años con un desafío mayúsculo que siempre ha resuelto con eficacia. A ello ha contribuido también el apoyo decidido del Ayuntamiento de Villanúa a través de su concejala de Cultura, Ana Etxabe. Convertir a Villanúa en un referente de la novela negra en España no es una anécdota y este año lo volverá a ser en un nuevo emplazamiento, el flamante Espacio Sarrios, y con una programación que aúna misterio, humor, cómic, presentaciones literarias y debates sobre el futuro de un género que vive un dulce momento.
Regresa VillaNoir y lo hace por todo lo alto con la presentación de “El lugar de los hechos. Un viaje alrededor de la novela negra”, del que eres coautor junto a Jesús Lens. ¿Cómo es este viaje literario?
Se trata de un libro que se ha cocinado a fuego muy lento, como los guisos más sabrosos. De hecho, la idea surgió hace ya quince años en una Semana Negra de Gijón en la que, tras unas cuantas cervezas, Jesús y yo pensamos que podríamos emular a Phileas Fogg y apostar toda nuestra fortuna -tampoco teníamos mucho que perder- a que éramos capaces de dar la vuelta al mundo en ochenta ciudades del crimen de ficción. Es más, ya comenzamos a redactar algunas de ellas pero fue un proyecto que terminamos abandonando por la carga de trabajo que suponía sin saber si al final podría llegar a buen puerto.
Y el año pasado, en Plentzia, en la última edición de Bruma Negra, coincidí desayunando con Carmen Moreno, editora de Cazador de Ratas, que me preguntó si había escrito algo últimamente. No sé cómo me vino a la cabeza aquel proyecto y la idea le entusiasmó hasta el punto de que ya concretamos la publicación del libro en cuanto le mandamos una muestra de lo que habíamos hecho.
El resultado es un libro con una edición exquisita y siete rutas al más puro estilo de agencia de viajes -Crucero mediterráneo, Danubio azul, Ruta de la Seda…- en las que recorremos más de cincuenta ciudades repartidas por treinta países de Europa, África y Asia y lo hacemos acompañados por los autores y personajes que las han hecho famosas en el mundo del crimen: Sherlock Holmes, Jack el Destripador, miss Marple, el comisario Maigret, Montalbano, Brunetti, Erast Fandorin, el inspector Chen Cao y muchísimos más. Ahora la pelota está en el tejado de los lectores: si gusta el libro, tenemos otras seis o siete rutas y cincuenta ciudades más para poder recorrer América, el Caribe, el Pacífico… Incluso con la Antártida nos atrevemos.
La aragonesa María Pérez Heredia recibirá el premio Villanúa Rural Noir que se instauró hace dos años. ¿Por qué la organización ha decidido concederle este galardón?
Con este premio venimos destacando desde 2022 a autores que se han caracterizado por ubicar algunas de sus novelas en entornos rurales, entendiendo como tales poblaciones de no más de veinte o veinticinco mil habitantes. Primero fue Francisco Bescós y sus novelas ambientadas en Calahorra; luego vino Teresa Cardona con una pareja de guardias civiles que desarrollan sus investigaciones en San Lorenzo del Escorial; y este año el escenario nos queda a tiro de piedra, en una población imaginaria en la zona cercana al Parque Natural de los Valles Occidentales, en plena Jacetania.
Se trata de “Pirineo Noir”, la tercera novela de la zaragozana afincada en París María Pérez Heredia y su primera incursión en el género negro. Una novela en la que demuestra una madurez literaria insultante para una escritora tan joven, una historia de frontera a caballo entre la novela negra y ese thriller trepidante que tan bien han trabajado autores como Bernard Minier, por ejemplo. Una novela, en definitiva, que le sentaba como un guante a nuestro premio.
El cómic sigue siendo uno de los elementos que caracteriza a VillaNoir sobre otros encuentros de género negro que se celebran en nuestro país…
En efecto, el cómic, en España, es un poco el hermano pobre de la literatura y sin embargo es un medio de expresión muy potente para el género negro y por eso está muy presente en VillaNoir. Sin ir más lejos, el año pasado contamos con Teresa Valero y Juan Díaz Canales, este último guionista de “Blacksad”, un superventas en España, Premio Eisner en Estados Unidos y un top five en los libros más vendidos en Francia, donde la bande dessinné es toda una institución y los tebeos compiten con novelas en una única lista de ventas. Imagínate si en España fuera así, igual Mortadelo desbancaba del podio a Pérez Reverte, que no sé yo cómo se lo tomaría don Arturo con el genio que se gasta.
Para este año contamos con otra pareja de autores, Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, también acreedores del Premio Nacional de Cómic como los anteriores, con su obra “El día 3”, basado en el trágico y controvertido accidente de metro de Valencia en el que murieron cuarenta y tres personas poco antes de la llegada a la ciudad del papa Benedicto XVI. Seguro nos hacen disfrutar de lo lindo.
La mesa “Pirenaica y criminal” parece casi obligada por la proliferación en los últimos años de novelas negras ambientadas en el Pirineo, hasta tal punto que casi podríamos hablar de un subgénero. ¿A qué crees que se debe este repentino interés por la cordillera como escenario noir?
Pues la verdad es que no lo tengo muy claro. Se me ocurre que los Pirineos son una frontera y las fronteras, como los puertos, son terreno abonado para la novela negra. Y que, al ser territorios bastante cerrados y poco accesibles en ocasiones, proporcionan unos escenarios un tanto endogámicos que se pueden explotar a la hora de desarrollar tramas criminales.
En Europa podemos destacar a dos precursores de la novela negra de alta montaña como son el ya citado Bernard Minier en el Pirineo francés y Antonio Manzini, con su subinspector Rocco Savione haciendo de las suyas en el Valle de Aosta, en los Alpes italianos. Pero en España no nos quedamos atrás, y ahí tenemos, además de la última novela de María Pérez Heredia, varias de Jokin Azketa o Jordi Llobregat, otros dos de los participantes destacados de esta edición de VillaNoir.
¿Qué puede esperarse de una charla entre directores de festivales de novela negra? ¿Tienen ustedes secretos inconfesables o lo que pasa en un Festival se queda en el Festival?
Como bien apuntas, este año nos parecía interesante abrir las jornadas mostrando, en la medida de lo posible, la trastienda de un festival de género negro, lo que el público no ve, lo que sucede en los meses anteriores a que se levante el telón.
Para eso vamos a contar con la participación de cuatro comisarios, coordinadores, directores o como los queramos llamar que acumulamos, entre todos, alrededor de treinta ediciones en distintos encuentros. Y treinta ediciones, te puedo asegurar, dan para muchos quebraderos de cabeza, muchos planes B, C, D y las letras que se te ocurran hasta agotar el abecedario porque, cuando crees tenerlo todo atado y bien atado -como dijo aquel- meses antes del inicio del festival, llega la última semana y te dan ganas de apagar el móvil, cerrar las redes sociales y el email y esconderte debajo del edredón para no recibir el aviso fatídico de uno o varios participantes que te obliguen a cambiar buena parte de lo previsto.
Pero también para muchas anécdotas, curiosidades y cotilleos que, sin que tengamos que llegar a convertirnos en el “Sálvame” del género criminal, estoy seguro de que harán brotar la sonrisa, y alguna carcajada, de quienes quieran acompañarnos la mañana del sábado.
Vuelve la jurista y criminóloga Paz Velasco, que ya estuvo en 2022, con una conferencia de título inquietante: “¿Por qué matamos?”. ¿Por qué cree Ricardo Bosque, voraz lector y experto en novela negra, que matamos?
Paz Velasco de la Fuente es un valor seguro: no solo es la criminóloga más reconocida de España, profesora en la Universidad Internacional de Valencia y en la Universidad Católica de Murcia además de impartir cursos en varios países de Latinoamérica, sino que también -y diría que sobre todo- es una gran comunicadora que, en esta ocasión, nos trae un decálogo con las razones por las que, cualquiera de nosotros, podría llegar a matar. A mí, que soy un simple aficionado, se me ocurren tan solo tres que suelen ser habituales tanto en el género como en la prensa diaria: el dinero o el poder -que vienen a ser lo mismo-, el amor -muy mal entendido, como un irracional e incomprensible sentido de la posesión que demuestran muchos hombres- y la defensa propia, ya sea personal o de la familia. Pero Paz ha llegado a remontarse hasta Atapuerca, así que habrá que ver qué nos cuenta.
VillaNoir se cierra el domingo, 13 de octubre, con un juego familiar de geocaching. ¿En qué consiste?
La atención a los más pequeños -la cantera del género, como me gusta decir- es otro de los hechos diferenciales de VillaNoir respecto a la mayoría de festivales del país, tal vez impulsados por esa tendencia a programar actividades a lo largo de todo el año para los chavales que siempre se ha venido dando en Villanúa desde su biblioteca municipal, con Miriam Julián a la cabeza, otra de las piezas fundamentales de nuestros encuentros.
Hasta ahora hemos celebrado talleres de cómic, juegos interactivos, desafíos para los investigadores más jóvenes… Este año proponemos una actividad de geocaching para toda la familia, que viene a ser un juego de pistas 2.0 en el que, a través de una aplicación para el móvil y unas coordenadas a seguir a través del GPS, los participantes deben localizar una serie de objetos que estarán escondidos en diferentes lugares del pueblo.
Si el 13 de octubre por la mañana nos encontramos por Villanúa con grupos de chavales y adultos pendientes del móvil, no estarán consumiendo TikTok sino algo mucho más divertido.
Ésta será la octava edición de VillaNoir. ¿Qué balance hace de estos años? ¿Hacia dónde va el género negro en España y también el propio encuentro de Villanúa?
El balance no puede ser más positivo: lo que surgió como una idea un tanto loca de traer a los mejores autores del género a un pueblo de quinientos habitantes en el corazón del Pirineo aragonés, cuando todos los festivales se celebraban en localidades mucho mayores y mejor comunicadas, al final ha dado como resultado uno de los encuentros más consolidados y mejor valorados del país. Y aquí no queda otra que agradecer la increíble disposición del ayuntamiento de Villanúa, en este caso representado por su concejala de Cultura Ana Etxabe, que han hecho posible esto que parecía un sueño. Y, por supuesto, dar las gracias también a los participantes que han ido pasando por aquí desde 2017 y que, sin excepción alguna, han contribuido a un boca a boca que hace que VillaNoir sea uno de los festivales más apetitosos para todos los escritores del país.
Este año se lleva el Encuentro al flamante Espacio Sarrios. ¿A qué se debe este cambio?
Ya tuvimos en mente celebrar la pasada edición en ese espacio, pero el acondicionamiento de las instalaciones no llegó a tiempo y no pudo ser. Afortunadamente, ahora sí contamos con todos los medios necesarios para trasladarnos a Sarrios y era algo absolutamente imprescindible: el crecimiento en asistencia de público a las diferentes mesas que hemos tenido en ediciones anteriores, desbordando por completo el salón de actos de Subterránea los primeros años y la sala del Albergue Villanúa en las ediciones posteriores al COVID, además de ser una bendición, nos ha impulsado a buscar un escenario en el que podamos acoger a más personas y que se sientan más cómodas. Además, estando en un punto más céntrico del pueblo, estamos convencidos de que el traslado será muy bien acogido.