Villanúa alberga desde este jueves hasta el próximo sábado la XIII edición del Festival de Música y Arte en la calle, un evento ya clásico del verano pirenaico que reúne a un nutrido grupo de artistas y creadores de diversas disciplinas como el teatro, la danza, los títeres o la papiroflexia. Las calles y las terrazas de los bares de Villanúa se transforman durante estos días en improvisados escenarios en estrecho contacto con el público. El Ayuntamiento de Villanúa otorgará un único premio en metálico dotado con 300 euros a la mejor propuesta musical del certamen.
El Festival de Música y Arte en la Calle es uno de los grandes acontecimientos del verano en Villanúa. Nacido en origen hace más de una década como una plataforma de promoción de artistas musicales, en los últimos años ha evolucionado hacia un formato multidisciplinar en el que se programan diversas manifestaciones artísticas bajo un único criterio; el de la calidad.
Se busca la sorpresa, el ingenio, la originalidad, un punto de transgresión y también la capacidad de los artistas para conectar con el público, pues no hay escenarios que los separen entre sí. Las plazas, las calles y las terrazas de los bares de Villanúa son el espacio franco para este encuentro. Este año llegan a la localidad oscense doce creadores que han pasado previamente un proceso de selección por parte de la organización del Festival.
Miram Julian, responsable de la biblioteca de Villanúa y coordinadora del Festival junto a la concejal de Cultura, Ana Etxabe, asegura que “hay muchas ganas de disfrutar de la variedad musical y de la cercanía que sucede al realizarse este evento en las calles y en los bares. Volvemos, además, a apostar por complementarlo con otras artes como el teatro, la danza, los títeres o la papiroflexia, no sólo por la buena aceptación que tuvo crear la ‘Calle del Arte’ sino porque representa una ocasión idónea para llenarnos de mucho arte en poco tiempo”.
La principal novedad de este año es la apuesta por varias artistas pertenecientes a la Red de Mujeres Artistas Rurales, que llegan de pueblos de Huesca, Zaragoza y Teruel y lo hacen con proyectos musicales, artísticos y mucho sabor rural. Julian recuerda que “seguimos apostando por acercar proyectos internacionales como el de Flavie Chauvin, llegada desde Francia para sorprendernos con un espectáculo de mini-titeres y mini-cine, y el arte en papel de Arunee Vasanserekul, tailandesa afincada en Binéfar”.
En este mismo sentido se manifiesta Ana Etxabe, quien apunta que el Festival es un fiel reflejo de lo que “Villanúa busca a través de la cultura durante todo el año, que es la promoción de artistas locales, fomentar el vínculo con el mundo rural, explorar nuevas tendencias y propuestas, mostrar a creadores emergentes y utilizar la cultura como elemento de transformación social”.
Por primera vez en la historia del Festival, la organización ha previsto un pago de 100 euros por participante y día, de tal modo que los ingresos que generen en Villanúa durante su estancia no dependan solo de la voluntad de los espectadores, como ocurría hasta ahora. En todo caso, se mantendrá la costumbre de pasar la gorra al público y se permitirá a los músicos vender CDs y merchandising.
Se podría decir que el de Villanúa es un festival total, en el que la creación no tiene límites y la improvisación y las experiencias de convivencia entre artistas alimentan momentos de fértil inspiración. Todo se desarrolla en un reducido espacio vertebrado por dos calles de la localidad que solo en estos días son rebautizadas como el Callejón Clandestino y la Calle del Arte, que durante el resto del año es la Calle Mayor. Y también la Plaza del Cura, uno de los lugares más pintorescos de la localidad. Después están las terrazas de los bares del pueblo (José, Troncho, Putxera, Rocanevada, La Estrella, Tritón, y Lierde), que reviven esos espacios de creación en los que el contacto entre el artista y el espectador representa el fundamento de la música en vivo.
En esta XIII edición se han programado 29 espectáculos en diferentes rincones y espacios públicos de la localidad. La programación se abre este jueves a las 13hs en el Bar José con Irene Gómez, cantante, compositora y guitarrista del grupo de flamenco-fusión D’Colorao; y con BomboDiablo y la Flor del Romero en el Bar Troncho. Todos los días hasta el sábado habrá conciertos a las 13, 19 y 20 horas en el Bar José, Bar Troncho, Bar Putxera, Restaurante Lierde y La Estrella. En la Calle del Arte, la Plaza del Cura y el Callejón Clandestino se concentrarán los cuentacuentos, bailarinas, titiriteros y otros creadores. Las actuaciones serán de 45-50 minutos de duración y a la misma hora tocarán varios grupos en diferentes puntos emblemáticos del municipio.