El interior de Collarada lo recorren kilómetros de galerías que el agua ha ido generando al disolver la roca caliza que forma la montaña. El agua infiltrada en las partes altas del sistema de Collarada circula descendiendo por el interior de la montaña, siguiendo las direcciones de estratificación de la roca y de las estructuras tectónicas por donde circula con más facilidad, hasta llegar a las fuentes del fondo del valle que drenan al río Aragón, a pie de la ladera suroeste de la montaña.
La cueva de las Güixas es una de las principales fuentes de este sistema y por su nivel inferior circula un curso de agua permanente. Pero en momentos de lluvias intensas, o cuando se produce un intenso deshielo de la nieve al subir las temperaturas, el agua rebosa por el nivel medio de la cueva de las Güixas, inundando la zona habilitada para el turismo, creando un espectacular torrente que recorre las mágicas galerías de las Güixas.
La surgencia de las Güixas se reaviva en una espléndida cascada que vierte las aguas al río Aragón.
Lo mismo sucede en la vecina Sima del Rebeco, donde se escucha el murmullo del arroyo que recorre su interior. El agua también puede llegar a rebosar por la boca de la sima, es entonces cuando podemos observar la cascada de Fuente Cándalo.
Este mes de mayo ha sido generoso en lluvia, y las continuas oscilaciones de temperatura que se han producido han generado un deshielo progresivo. Días de mucho calor en los que ha fundido mucha nieve acumulada en las partes altas de la montaña y fuertes bajadas de temperatura que han parado este proceso. El resultado en la Cueva de las Güixas ha sido un subir y bajar del nivel de agua y numerosos días de inundación de sus zonas visitadas.
por Reyes Giménez