La biblioteca de Villanúa cumple diez años de actividad y lo celebra mostrando unas extraordinarias cifras que avalan la gran labor que viene realizando en este tiempo: más de 1.900 socios y socias, un promedio de 100 actividades al año, 15.000 visitas y una media de 2.900 prestamos al año, aunque esta cifra todavía es más llamativa si se atiende a los tres últimos años, en los que los registros alcanzan entre 4.500 y 4.800 libros leídos anualmente.
Para la bibliotecaria de Villanúa, Miriam Julian, “celebrar diez años de biblioteca siempre es ilusionante, pero poder hacerlo desde una como la de Villanúa es reconocer la importancia del acceso al conocimiento y a la cultura en el mundo rural, muchas veces olvidado”. La biblioteca ha recibido cada año el Premio María Moliner por su proyecto de animación a la lectura y en 2021 logró la puntuación más alta de toda España, un reconocimiento que la ha convertido en uno de los centros de referencia en el ámbito rural.
Julian señala que “una biblioteca sin gente no es una biblioteca, es un almacén de libros. Y no me cansaré de decirlo. A día de hoy una biblioteca supone mucho más y quien forma parte activa de la de Villanúa lo sabe”. Gracias a esta dinámica, la localidad ha adquirido por derecho propio la condición de #VillaLectora, un hastag que ha hecho fortuna porque responde con precisión al trabajo que se viene realizando desde hace una década en la dinamización de los hábitos de lectura y en la programación de eventos culturales tan relevantes como FLIP FLAP, el Festival literario, curioso y onomatopéyico, que cuenta con el respaldo del Ministerio de Cultura.
Miriam Julian destaca que “tenemos socios/as que apenas cuentan con 1 año y otros que tienen más de 90 (el más mayor 97), gente que no leía (o no sabía todavía) y ahora lee, gente que no había leído ni un clásico y ahora es fan, gente que tenía 8 años y ahora ha aprobado el examen para la universidad o, incluso, que ha hecho sus prácticas universitarias en nuestro centro, gente que ha estudiado para ser bibliotecaria por enamorarse de la profesión en Villanúa, gente que había nacido sin biblioteca en su pueblo y ahora es parte fundamental de ella”.